viernes, 24 de octubre de 2008

FRANCISCO MIRÓ QUESADA: "¿QUÉ ES LA FE?"


FILOSOFEMAS

¿Qué es la fe?

Francisco Miró Quesada Cantuarias
El Comercio Online, 24 de octubre de 2008

En estos días en que la multitudinaria procesión del Señor de los Milagros recorre las calles me ha parecido oportuno escribir sobre la fe. ¿Qué es la fe, aquella manifestación espiritual capaz de mover montañas? En mi opinión, la fe es una "convicción absoluta", una creencia que nada ni nadie puede cambiar. Tener fe religiosa significa precisamente este carácter absoluto. Nadie puede convencer al que tiene fe de que las cosas no son como él cree que son. Es cierto que algunas personas han dejado de tener fe, pues siempre hay excepciones. Mas son casos raros.

Pero la fe no solo es religiosa, hay muchas clases de fe. Hay la fe en sí mismo; la fe en la lealtad del amigo; la fe en la dignidad del ser humano; la fe en que, algún día, se llegará a una sociedad pacífica en que las guerras habrán terminado; la fe en que, en un tiempo no muy largo, existirá una sociedad justa en que no habrá pobres, con abundancia de alimentos y de recursos; la fe en que no se explotará a nadie. Los pesimistas consideran estos diversos tipos de fe como una manifestación de ingenuidad y que se deben a que quienes la tienen carecen de facultades analíticas. Pero digan lo que digan, el mundo no podría marchar sin fe.

Una sociedad en que nadie tuviera fe en nada no podría existir. A través de la historia no se conoce pueblo alguno en el que nadie haya tenido fe en algo. Dejo naturalmente de lado a los pueblos primitivos, pues es imposible saber cómo eran su comportamiento y sus creencias. Sin embargo, de manera especulativa, puede suponerse que, para hacer frente a los embates de la existencia, se formaban grupos que se aliaban, y estos grupos confiaban plenamente los unos en los otros.

Pero, antes de seguir adelante, debo hacer una aclaración. Regresando a las alianzas entre diversos grupos, no puede negarse que la confianza de los unos en los otros podía no ser absoluta. Uno puede dudar de la lealtad de la persona o de los grupos en quienes confía. Y esto es un caso de todos los días. Por ejemplo, los aliados en un contexto de guerra muy pocas veces confían en la lealtad plena de sus aliados. Son raros los casos en que esta confianza es absoluta.

Dejando de lado la religión cristiana cuya fe en la divinidad de Jesucristo es inconmovible y que es la religión del Perú, especialmente la fe en la Iglesia Católica, ¿qué cosa puede decirse sobre las restantes religiones superiores, como la islámica, la budista o la brahmánica?

Los creyentes del Islam tienen una fe absoluta en la verdad de su religión. Esta fe se manifiesta en la manera que tienen los musulmanes de hacer sus plegarias. Deben rezar largamente tres veces al día y en dirección a La Meca, ciudad donde nació Mahoma (Mohamed). El musulmán toma su religión con una seriedad muy profunda y no duda nunca de que Mahoma es el profeta de Dios todopoderoso.

El budista también tiene fe absoluta en que Buda (el Bodisatva), sentado debajo de un árbol, llegó a la conclusión de que la manera como uno podía liberarse de la desgracia de las reencarnaciones consistía en la renuncia a todo tipo de apegamiento: a la esposa, al dinero y al lujo. Sus discípulos tenían fe absoluta en la verdad de sus enseñanzas y debido a esta fe hicieron cosas sorprendentes, algunas terribles que nos horrorizan. Uno de sus discípulos predilectos, cuando una mujer le dijo que sentía una pasión abrasadora por él y que lo que más la había cautivado eran sus ojos, respondió: "¿Te gustan? Pues toma uno de ellos". Y se sacó el ojo sin la menor vacilación.

Esta es una breve exposición de un tema que puede demandarnos demasiado espacio en las páginas de un diario y no es posible plasmarlos completamente en el presente artículo, pues el periodismo actual nos exige concisión.

RAFO LEÓN: "CONCIERTO CONTRASTE"


MAL DE MUCHOS

Concierto contraste

Rafo León

Junto con las alitas de pollo al sillao, una de las cosas que más me gusta en el mundo es ir a los conciertos de la Sociedad Filarmónica (SF). Lo hago desde que estaba en mis primeros años universitarios, cuando esas joyitas de presentación se hacían en el antiguo cine Pacífico, antes de que lo dividieran en pedacitos para volverlo multicine. Desde hace más de treinta años es el auditorio del colegio Santa Úrsula el que ofrece los 12 conciertos anuales de la SF y de hecho hago lo posible por seguir yendo a disfrutarlos. Y no solo porque los grupos de cámara que vienen son de lo mejor que hay en el planeta. También por el público que asiste. Me explico.

A los conciertos de la Sociedad Filarmónica suelen ir limeños (as) de base cinco para arriba; desde que yo tenía 18 años veo casi los mismos rostros, personas cultas, educadas, discretas, que saben dónde están y para qué vinieron. Jamás se ha escuchado el timbre de un celular en la platea, tampoco la catarata de insoportable ruido electrónico de un RPM en el intermedio. Cuando se está sentado en un concierto de la SF, o estirando las piernas antes de que comience la segunda parte, uno puede imaginarse viviendo en un país sensato, con una derecha ilustrada, tolerante y tratable y vis a vis, con una izquierda, centro, arriba, abajo, atrás y adelante, iguales de equilibrados, cada quien con sus propios intereses, pero compartiendo algo, coexistiendo, remando en el mismo sentido.

Pero una vez que se acaba el concierto, como en el cuento de Cenicienta, la carroza vuelve a ser un zapallo loche. Y no porque quienes minutos antes nos elevábamos con Bartok, a la salida nos volvamos unos sicarios asesinos, no. Me refiero a que, dejando el Santa Úrsula, al día siguiente, hay que enfrentar a los limeños realmente existentes, con sus pésimos modales, su arrogancia y su intolerancia. Eso fue exactamente lo que me ocurrió un mes atrás. El miércoles siguiente a un hermoso concierto, llama a mi casa una limeñisísima a las siete de la mañana, y tiene a mi esposa por más de diez minutos en el teléfono contándole frusilerías que nadie le preguntó. Cuando supo que yo estaba en el gimnasio, llamó a mi celular y yo contesté en el vestidor casi en pelotas. En quince minutos, y sin saludarme, me contó que se iba de viaje a tal lugar y que quería que le diera los datos de hospedaje, restaurantes, tiendas, museos y no sé qué más. Ojo, aclaro, a la limeñisísima en mención la conozco apenas de vista, o de cruzar un saludo. ¿Cómo consiguió mi número de celular? Habrá que preguntarle a Petro-Tech, pero ese es otro asunto. Bueno, en esa conversación telefónica cometí el error de darle a la doña mi correo para que me hiciera el pedido por escrito y así responderlo mejor, y claro, ansioso como soy, a las diez de esa mañana ella ya tenía resuelto su viaje y, modestia aparte, con datos de privilegio.

¿Cree el lector que la limeñisísima siquiera tuvo el decoro de responder a mi correo con un "gracias"? ¿O volver a llamarme por teléfono con el ímpetu con el que había tenido a mi esposa pendiente de sus naderías cuando el sol recién salía? (Aunque bien pensado, felizmente no reincidió en esto de llamar, pero como se dice en Lima, "es el hecho"). Nada, ahorita la señorona debe estar disfrutando en Estoril con mis datos y referencias, y yo esperaré hasta mi muerte a que me traiga una botella de vino verde. Cuento el caso de la limeñisísima no solo para contrastar su ordinariez con la educación con que se mueven los limeños (as) en los conciertos de la Sociedad Filarmónica. Pero también, como una muestra de que estar en los mejores colegios, recibir lo más preciado que una sociedad puede darle a alguien, viajar por el mundo entero y dominar idiomas, no garantizan nada en este planeta que va a contramano del sistema solar y que se llama Lima. Donde sus extraños lugareños tratan a los mozos del restaurante como si fueran sus esclavos, mientras comen peruanísimas ensaladas de trucha del Mantaro con olluquitos del Urubamba en salsa de culantro a la moda de Chepén. Los hay bienportados, pero, también, muy corrientes. Limeños son, que vuelvan al colegio.

viernes, 17 de octubre de 2008

FRANCISCO MIRÓ QUESADA: "LA POLÍTICA SIGUE REINANDO EN EL MUNDO"


FILOSOFEMAS

La política sigue reinando en el mundo

Francisco Miró Quesada Cantuarias
El Comercio Online, 17 de octubre de 2008

Una serie de acontecimientos inesperados indujeron al presidente de la República a pedir la renuncia de todo el Gabinete. Este movimiento se debió a motivos políticos. De manera que consideramos que sería pertinente escribir sobre el concepto de política.

La palabra política proviene del griego antiguo 'polis' que significa 'ciudad'. La ciudad era una Ciudad-Estado, es decir, se trataba de una urbe en la que vivían los ciudadanos y los esclavos. Y estaba cercada por el campo, que nunca era muy grande. Por eso la vida era difícil y muy austera.

Después de muchos años la situación cambió, y la vida se hizo más fácil, llegando incluso a la abundancia. En la Grecia de la época de Platón había con frecuencia grandes comidas en las que se reunían numerosos amigos, entre ellos Sócrates, uno de los hombres más extraordinarios de todos los tiempos.

En la política se luchaba entre bandos opuestos. Se pugnaba por la conquista del poder. La política es lucha, enfrentamiento. Desde aquella época, no ha cambiado. En la actualidad sigue siendo exactamente lo mismo.

La capital de la Grecia Antigua era Atenas, como sabe todo el mundo. Pero no había una sola Ciudad-Estado. Había varias, como Esparta, Tebas, Macedonia. Los habitantes de Macedonia eran considerados 'bárbaros', por su defectuosa pronunciación del griego. 'Bárbaro' significaba 'tosco', 'burdo'. Un rasgo típico de Atenas era que todo ciudadano debía intervenir en política, lo que no ha sido conservado en ningún Estado moderno o contemporáneo.

Así como los ciudadanos de una Ciudad-Estado luchaban por el poder, también luchaban entre ellas. Había un enfrentamiento constante por el poder. A veces se unían para luchar con mayor eficacia, mas, por lo general, se enfrentaban de manera separada. Nunca pudo haber una alianza que durara mucho tiempo. Los Estados griegos civilizados se desgastaron luchando, eso fue su perdición, pues Macedonia aprovechó este desgaste para conquistar todas las ciudades no bárbaras de la Hélade.

Pasan los siglos y se llega a la Edad Media. En esta época las pugnas son constantes. Los señores feudales luchaban para alcanzar el máximo poderío. En la Edad Moderna acontece lo mismo. Hay rivalidades mortales entre diversos Estados-nación. Las Ciudades-Estado han pasado y se han formado naciones con territorios mucho más grandes, aunque hay algunas pequeñas. Pero todas ellas se caracterizan por una serie de rasgos distintivos, como comunidad de lengua, de creencias y de tradiciones.

Pero la humanidad no enmienda. En las diferentes naciones europeas, y en otros países lejanos, se lucha constantemente por la supremacía. Francia, Inglaterra, España, sostienen largas guerras que las desangran. Hay momentos de paz, en que se firman tratados de no agresión, pero son poco durables.

Estas luchas se producen durante las monarquías. ¿Existió la política en ellas? Es difícil decirlo. El pueblo era impotente y el poder de los reyes era tan grande que nadie osaba enfrentarlos. Sin embargo, la lucha se da en la propia familia real. Hermanos y parientes cercanos aspiran a reinar y esto, en los casos en que se producía, era política.

En el mundo de nuestros días la política es constante. Mediante la política, Hitler conquistó el poder en Alemania y fue derrocado por una coalición de fuerzas aliadas que lucharon de manera implacable, utilizando armas de enorme poder que destrozaron el país.

En el Perú la política se ha practicado entre diversas agrupaciones, como el Apra, Acción Popular, el Partido Comunista y otras menores. La última pugna por el poder fue entre el Apra, Unidad Nacional el partido de Lourdes Flores, Acción Popular y el Partido Nacionalista de Ollanta Humala. Quien ganó en la contienda fue el Apra, encabezado por Alan García, cuya gran capacidad oratoria influyó de manera decisiva en su triunfo. Y hoy día, debido a razones estrictamente políticas, se ha producido la formación de un nuevo Gabinete. Como siempre la política sigue reinando en el mundo.

lunes, 13 de octubre de 2008

SAÚL PEÑA: "REFLEXIONES SOBRE LA CORRUPCIÓN"


Reflexiones sobre la corrupción

Saúl Peña K. (psiquiatra)

Se entiende por corrupción la acción de dañar, deteriorar, enfermar, pervertir, depravar y echar a perder, manipulativa y utilitariamente a alguien con propósitos malsanos, alterando y trastocando su identidad, propiciando, consciente y inconscientemente, su complicidad. Elimina los valores creativos de una ética legítima, auténtica, del uno, del otro, del ambiente y de la sociedad; contamina la cultura.

Al reflexionar sobre la corrupción me interesa develar lo oculto de ella, la interioridad penosa y lamentable de la falta de ética y la pérdida de valores. Todos los seres humanos tenemos potencialidades de corrupción: somos factibles de corromper o de que nos corrompan. Incido en lo potencial dado que, a pesar de su existencia, esto no necesariamente tiene que hacerse realidad.

Desde el punto de vista clínico existen dos instancias: el poder corromperse, reactiva o activamente en determinado momento (acto corrupto), aguda y transitoriamente, sin que la corrupción se haga crónica e irreversible. No involucra la totalidad de la identidad en la persona. El otro en que la persona no solamente se corrompe, sino que asume y encubre la corrupción en sí misma, tratando de corromper a otros (estructura corrupta). Quien corrompe pone en peligro la cultura, la ética y la integridad de su entorno social. En la sociedad corrupta se impone lo material a lo espiritual. Los corruptos, dándose cuenta o no, viven en una pobreza ética, afectiva y emocional, apropiándose de todo lo posible, incluyendo personas.

La corrupción tiene que ver con nuestra historia vincular primigenia, es decir con aspectos corruptógenos, maternos, paternos, de la pareja, familiares, educativos, laborales, sociales, culturales, religiosos, políticos, económicos, ideológicos, éticos, etcétera.

La ideología inconsciente se va desarrollando en nuestra interioridad, en nuestras primeras experiencias vitales en relación con nosotros mismos, con nuestros padres, con la otredad y con la sociedad. Básicamente, una ideología sustentada real y simbólicamente en la vida o una ideología de muerte, una psicopatía de valores. La transformación de la agresividad destructiva en creativa -Tánatos terapéutico- representa la liberación del hombre del eterno retorno de lo mismo.

Lo ético implica responsabilizarse por el destino de sí mismo y de los otros. El conflicto traduce una incompatibilidad entre estados o valores en un sistema social. Existe un punto de vista positivo del conflicto: como desafío intelectual y emocional y como una de las fuerzas más motivadoras de nuestra existencia, como causa y consecuencia de cambio, como un elemento necesario en la vida social y como aire para la vida humana.

La política marca significativamente las realidades psíquicas de quienes sufren colectiva e individualmente. Debería ser un mundo de valores y tradiciones compartidas al servicio del bien común.

No podemos llegar a generalizaciones ni a conclusiones absolutistas. Nuestra percepción de la realidad no va a ser neutral. Reconocer esto nos conduce a un intento de neutralidad posible aunque no ideal, indispensable para fundar el respeto de la otredad, para sentar las bases de una sociedad en la que los valores sean la libertad y el respeto por el otro.

Considero que la psicopatología política y social es mucho más severa y trascendente que la individual. La mejor comprensión de la naturaleza humana, de sus motivaciones y la aceptación de que existen procesos mentales inconscientes que se manifiestan en la vida cotidiana sería un aporte al estudio del pensamiento político.

viernes, 10 de octubre de 2008

RAFO LEÓN: "DE IMPLANTES E HILOS RUSOS"


MAL DE MUCHOS

De implantes e hilos rusos

Rafo León

A veces voy a inauguraciones de arte y cosas así, o a matrimonios para que la parentela no se resienta. Cada vez me impresiona más en esos escenarios lo birmanos que nos hemos vuelto, o mejor, lo sudesteasiáticos en que se han transformado limeñas y limeños, gracias a los avances de las ciencias médicas de la estética, léase estiradas de cara, prótesis varias e inyecciones para eliminar del rostro las huellas de lo inevitable. Y menciono lo del Asia porque gracias a los jalones de pellejo, todos los limeños y sobre todo, las limeñas, adquieren una fisonomía achinada, de pómulo elevado y boca golosa, que a uno lo remite de inmediato a las pulposas adolescentes que he visto paseando por los mercados callejeros de Pingyao, solo que con cuarenta años más encima y las hijas estudiando en el Sansil. Me dicen que el tema da para tratados de varios tomos. Que hay lifting mini para muchachitas desde los 15 años, que se comienzan a estirar de a pocos para que el cambio no sea tan brusco y puedan llegar a los setenta como si la Venus de Botticelli se hubiera bajado del cuadro para ir a la peluquería. Parece que hay una cosa llamada hilos rusos, que como el nombre indica, son unos hilos hechos en Rusia para que el jalón no tenga ningún bajón repentino que le deje a la usuaria el cuello como el moco del pavo. Los hilos se introducen debajo de la piel y templan la epidermis como si fuera una carpa de circo armada con torniquete. Hay, desde luego, los célebres bótox, que sin necesidad de cirugía alguna, llenan el espacio entre arruga y hueso de modo que luego de haber tenido el ceño como sobaco de elefante, el limeño (a) queda hecho una manzana transgénica, sin la menor imperfección ni el menos perceptible surco.

Los implantes son otra historia, y revisten un carácter verdaderamente sociológico. Es que no es lo mismo que Daysi Ontaneda o Paco Ferrer se pongan 'derrière' con aceite de avión, a que Maricucha se aumente la colita con costales de silicona. En el primer caso la cosa aparece en la portada de "Ajá" con detalles minuciosos y declaraciones de la implantada (o); mientras que lo de Maricucha no lo sabe nadie, y si lo saben, se guarda el secreto como quien cierra una tumba, porque en estos temas ningún limeño (a) de hoy tiene licencia para escupir al cielo: todo el mundo se hace su arreglado con esas bolsas de químico que según dicen, dentro de un avión volando si hay despresurización repentina, las tetas y el poto pueden empezar a inflarse como globos aerostáticos hasta reventar, como dicen que le pasó a Carole Lombard, pero claro, hace más de cincuenta años cuando lo que se metían era agua destilada con levadura.

¿Y qué decir del famoso clip para reducir el estómago? Yo no sabía nada de eso hasta que una amiga me contó que su amiga, que se ha puesto la banda, como la llaman, iba a tomarse unas vacaciones en París y segura de no poder resistir las tentaciones de la célebre culinaria francesa, antes de partir su tarea era ir donde su médico para que le afloje el aparato y pueda clavarse todos los magrets de pato en salsa de arándanos que le puedan entrar. Ya de vuelta en Lima se haría ajustar la banda otra vez, hasta que su estómago quede como un perfecto reloj de arena. El principio de esta intervención es muy simple: en la mitad del estómago se coloca un anillo plástico relleno de líquido, que divide al órgano en dos partes, igualito a una clepsidra. De esta manera, los alimentos llenan rápidamente el primer compartimento, produciéndole a la limeña (o) una inmediata sensación de saciedad ("ay, ya no me entra ni un alfiler", como si los alfileres se comieran). Bueno, pero si se quieren ir a París a embutirse como cosacos, el médico simplemente reduce líquido en la banda para que tense menos, y "a comerrrr", como decía Miguelito Barraza, que la vida es una sola.

Este asunto del dominio del cuerpo contra las consecuencias de los años, del desorden alimenticio y de la falta de voluntad, no debe ser mirado con moralismo porque nada de malo tiene manipular la propia vida según el espejo de la mirada ajena. Pero no puedo dejar de reseñar que limeños y limeñas, gracias a implantes, hilos rusos, minilifting y bótox, están formando una nueva etnia dentro de la capital, la de los mongólicos limeños (as), que se achinan, y quedan como limeños recién nacidos en Manila, tersos hasta la muerte, que los agarrará preciosos a la hora de meterse al inevitable cajón.

miércoles, 8 de octubre de 2008

FRANCISCO MIRÓ QUESADA: "EL HÉROE"


FILOSOFEMAS

El héroe

Francisco Miró Quesada Cantuarias
El Comercio Online, 8 de octubre de 2008

En la época de Mao Tse Tung --o según la verdadera pronunciación china Mao Dse-Dung--, en un colegio el maestro preguntó a la clase: ¿Qué es un héroe? Un alumno respondió: "Héroe es el que no tiene miedo". Pero otro dijo: "Héroe es alguien que tiene miedo, pero es capaz de vencerlo". Al día siguiente, el segundo desapareció de la clase, por la sencilla razón de que en el "Libro rojo" de Mao se definía al héroe como el hombre que no tiene miedo. Este hecho que asombra a un hombre libre y con espíritu democrático, nos muestra que las definiciones hechas por los dictadores no son de confiar.

Héroe viene de la palabra griega 'eros', que tuvo muchos significados. En tiempos de la guerra de Troya, tenía el significado de 'semidios'. Pero en tiempos de la gran filosofía helénica, se utilizaba en sentido diferente, más cercano del que se utiliza en la actualidad. Así Platón lo emplea en "La República" y Aristóteles en su "Retórica".

Desde hace ya mucho tiempo, en la civilización occidental se utiliza el vocablo 'héroe' para distinguir al hombre que es capaz de sacrificarse por la patria. Y la mayoría de las personas estarían de acuerdo en que héroe es un hombre sin miedo, o capaz de vencer el miedo.

Pero tratemos de ahondar más el concepto de héroe y determinar sus rasgos distintivos. Me parece que tiene dos componentes principales: un valor que sobrepasa, de lejos, el coraje del hombre valiente pero no heroico y un profundo espíritu de sacrificio.

El concepto de 'héroe' y el de 'heroína' (pues hay mujeres heroicas) se aplica en diversos casos. El más común es el que concierne a las acciones militares. El héroe es el que muere conscientemente en defensa de la patria que ha sido atacada por otro país, o que ha sido puesta en peligro, por algún movimiento separatista que pretende desmembrar el territorio nacional.

Pero hay héroes (y heroínas) que no son militares. Un misionero que es asesinado en lejanas tierras donde ha ido a predicar su religión y se enfrenta a todos los peligros es, sin duda, un héroe. Lo mismo una mujer que se aferra a su religión, porque hay fanáticos o esbirros que le exigen renunciar a ella. Durante el Imperio Romano hubo varios casos es este hecho abominable.

Tenemos héroes en el campo del derecho que son capaces de dar la vida por oponerse a una injusticia. Como vemos, el campo en el que puede manifestarse el heroísmo es muy amplio. Puede hablarse hasta del héroe literario, que muere por escribir contra un dictador sanguinario. Para hacerlo, ha tenido una clara conciencia del peligro que corría, y un coraje a toda prueba.

Por último, se puede hablar del heroísmo artístico. Porque hay artistas que saben que pintar o esculpir algo que está estrictamente prohibido por el régimen tiránico pone en peligro sus vidas. Y lo mismo sucede con la música. Hay músicas prohibidas por el tirano de turno y, quien la escribe, corre el riesgo de ser asesinado. No he encontrado casos concretos sobre la música. Pero durante el gobierno opresivo del régimen estalinista, algunos artistas plásticos que realizaron esculturas que no eran del gusto del tirano fueron castigados.

Regresando al principio del presente escrito, nos hacemos la ilusión de que nuestra definición del heroísmo es correcta. "Héroe es una persona cuyo coraje sobrepasa el de cualquier hombre valiente, y que tiene un espíritu de sacrificio de un nivel superior a las personas comunes, algunas de las cuales, son capaces de sacrificarse, pero que jamás pueden exceder un límite. Solo es capaz de hacerlo el verdadero héroe"

Por eso todos reconocemos las virtudes heroicas de Miguel Grau Seminario.

viernes, 3 de octubre de 2008

FRANCISCO MIRÓ QUESADA: "¿DÓNDE ESTÁ LA CONCIENCIA?


FILOSOFEMAS

¿Dónde está la conciencia?

Francisco Miró Quesada Cantuarias
El Comercio Online, 3 de octubre de 2008

¿En el cerebro? Indudablemente, sin cerebro no podríamos tener conciencia porque no seríamos conscientes de nada. Pero la conciencia no parece poder ubicarse. Nos da la impresión de no estar en ninguna parte. Lo único que sabemos es que es nuestra. O mejor que tenemos autoconciencia. Es decir conciencia de nosotros mismos, que sabemos que es nuestra y que nos diferencia de todos los demás seres que existen en el universo.

También, está comprobado científicamente que los animales superiores tienen sin duda conciencia de sí mismos. Pueden ver, oír, olfatear, degustar. Un perro ve las cosas pero no sabe que es un ser único distinto de todos los demás. Cuando ve otro perro, por lo general, le gruñe y, ciertas razas de perro, se abalanzan unos sobre otros y comienzan una feroz pelea. Un perro no puede tolerar que otro invada lo que él considera su territorio. Solo el hábito le permite compartirlo. El hábito que condiciona de manera increíble el comportamiento, tanto humano como animal.

Se han efectuado experimentos sobre la conciencia y analizado, aplicando el método científico, los fenómenos de pérdida de conciencia, como el desvanecimiento, la epilepsia y la producida por algún accidente. Las descripciones de la diferencia entre una y otra son correctas. Pero en nada resuelven el problema de saber cómo se produce la conciencia.

Al hablar de la conciencia caemos en cuenta que no se puede hablar solamente de una. Hay varios tipos de conciencia, como la conciencia intelectual, la conciencia moral, y la conciencia jurídica. La primera consiste en que nos damos cuenta que estamos pensando, o imaginando. La segunda nos hace ver que nuestras acciones, y las de nuestros semejantes, son buenas o malas. La tercera nos permite juzgar si un juicio está bien o mal llevado, si es justo o injusto.

Han estudiado los fenómenos en que se modifica la conciencia. Uno de los más importantes ha sido el estudio del sueño. Porque en el sueño nuestra conciencia funciona de manera diferente que durante la vigilia. En el año 1968, Rechschaffen y Kales presentaron un detallado estudio sobre los diferentes tipos de sueño. Según los mencionados autores el sueño se divide en dos etapas. En la primera, hay movimientos oculares rápidos. En la segunda, en cambio, dichos movimientos no son rápidos. Y también se nota que el movimiento de los ojos, no es aleatorio sino que sigue reglas bien determinadas. A veces, con frecuencia, cuando el sueño recién se inicia se producen contracciones musculares en las extremidades o en todo el cuerpo. Otro fenómeno es que al cabo de aproximadamente noventa minutos de iniciado el sueño, los movimientos oculares se tornan rápidos, lo que significa que la persona está soñando.

El sueño, según estudios experimentales, tiene cuatro fases. En la primera el sueño es ligero, todavía percibimos algunos movimientos de nuestro cuerpo. En la segunda fase el sueño comienza a ser parcialmente reparador. En la tercera, el sueño es profundo y en la cuarta es completamente reparador.

El sueño tiene un trastorno: el insomnio, que es la incapacidad de dormir. Pero el hecho es que, a pesar de las numerosas investigaciones realizadas sobre el sueño, no se ha avanzado nada en saber qué es la conciencia. Esta sigue siendo un misterio insondable.