Pero el lugar decisivo que contribuyó a que el famoso naturalista concibiera su teoría sobre el origen de las especies fue las Islas Galápagos, que están a 970 kilómetros al oeste del Ecuador, país al cual pertenecen y a donde llegó Darwin el 15 de setiembre de 1835.
Darwin estudió el territorio y las especies animales que vivían en dichas islas, apuntando cuidadosamente sus observaciones, especialmente el hecho curioso de que algunas aves, como los pinzones, y algunas grandes tortugas, que hoy llevan el nombre de Galápagos, diferían en cuanto a su morfología de una isla a otra.
Cuando regresó a Inglaterra, en 1836, comenzó el análisis cuidadoso de los datos registrados en su exploración, sobre todo en las ya mencionadas Islas Galápagos. Después de meditar durante muchos años, llegó a concebir su teoría de la evolución, que fue publicada en 1859 con el título de "El origen de las especies por medio de la selección natural o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida". La primera edición fue de 1.250 ejemplares, que se agotó en el primer día de su venta. Y lo mismo sucedió con varias ediciones posteriores. El libro inmediatamente fue traducido a los más importantes idiomas del mundo.
No está de más decir que, cuando Darwin emplea la palabra "raza", no significa que el sabio fuera racista. No lo fue en absoluto. Dicha palabra vocablo se refería a especies animales cuando cumplían con ciertas condiciones. La evolución es una teoría comprobada de manera científica.
A través de los siglos el mundo animal ha evolucionado y se ha producido una multitud incalculable de especies que luchan entre sí, predominando la más fuerte.
De la teoría de Darwin se deriva que la evolución es puramente casual, ya que no sigue orden alguno, ni tampoco un plan predeterminado.
Por eso, el libro del creador de la teoría de la evolución fue implacablemente atacado por quienes creían que todo lo dicho en la Biblia era absolutamente cierto. A la cabeza de los detractores de Darwin estuvo el obispo Samuel Wilberforce. Pero también tuvo defensores apasionados, como Henry Huxley.
La evolución de las especies sigue produciendo enconadas polémicas hasta el día de hoy, e incluso ha causado impacto en la política estadounidense de nuestros días.
Charles Darwin había reflexionado largamente respecto a la conveniencia o no de publicar sus trabajos, sobre todo el que sería el más polémico relacionado con la evolución. Los dio a conocer en colaboración con Wallace, impulsado por una comunicación que le daba una serie de datos sobre hallazgos similares de otros investigadores.
Debemos decir, finalmente, que Darwin no participó directamente en las polémicas defendiendo sus teorías, pues dejó que fuera el biólogo británico Th. H. Huxley el encargado de asumir el peso de su defensa, sobre todo de la famosa e incontrovertible teoría de la evolución. Pese a las polémicas que despertó su obra, el talento de Darwin fue reconocido desde un primer momento, ya que a su muerte fue enterrado en Westminster, en el Panteón de los Hombres Ilustres.