FRANCISCO MIRÓ QUESADA: "SUPERACIÓN DE LA DISCRIMINACIÓN RACIAL"

FILOSOFEMAS

Superación de la discriminación racial

Francisco Miró Quesada Cantuarias

El Comercio Online, 29 de julio de 2011

De manera general, el nuevo Consejo de Ministros ha sido bien recibido por la opinión pública. Pero hay un hecho que nos parece importante destacar. La ministra de Cultura es de raza negra. Este hecho me parece significativo, pues, es la primera vez en que una persona afroperuana ocupa un cargo político importante.

En los gabinetes de los últimos gobiernos, sus miembros eran blancos o cholos, como por ejemplo el ex presidente Alejandro Toledo, cuyo buen gobierno recordamos todos.

En el Perú siempre ha habido racismo que proviene desde la Conquista, aunque en los últimos tiempos hemos mejorado bastante.

Hoy cualquier acto de discriminación debe ser denunciado y cualquier tipo de institución que haya violado el principio de la no discriminación –sea teatro, restaurante, hospital o clínica– está obligado a atender a la persona que discriminó.

Comparada con la discriminación que había en Lima hace unos cincuenta años, el progreso es enorme. Pero como si la política perteneciera a otro mundo, nunca se hablaba de discriminación en cuestiones políticas.

Aunque no creo que esto haya sucedido en la vida política peruana, teóricamente, se pueden plantear diversas posibilidades.

Por ejemplo, una persona de piel amarcigada y que además pronunciase el fonema ‘r’ con la típica erre del hablar de algunos provincianos quechuahablantes, podría ser rechazada por un presidente de la República cuando el primer ministro lo propusiera para integrar el Gabinete.

Para comprender lo que estoy diciendo tengo que recurrir al quechua. En esa bellísima lengua, no existe el sonido erre. Solo hay un sonido de la ‘r’ como en la palabra ‘casero’.

Por eso, cuando una persona tiene que pasar del quechua al castellano, no puede pronunciar la erre, y cuando trata de hacerlo, le sale el famoso mote, y eso puede provocar la risa de quienes lo escuchan.

Un hecho conocido en la historia política del Perú es el de un parlamentario de izquierda que quería transformar el país mediante una revolución profunda. Pero cuando pronunció la palabra revolución tenía un mote tan pronunciado que todos los parlamentarios se rieron a carcajadas, y terminó su famosa revolución.

Cuando hablamos del río Rímac pronunciamos la ‘r’ como erre. Pero en realidad su erre inicial no es la que decimos los limeños, sino que deberá pronunciarse la erre como en la palabra “gracioso”. Claro estas son meras elucubraciones, originadas en la estructura del quechua. Sin embargo, serían válidas si los peruanos fuéramos bilingües.

La discriminación racial ha ido disminuyendo gracias a la racionalidad humana, porque el análisis racional permite discernir la falta de fundamento que tiene el racismo.

No hay razas más inteligentes que otras ni más torpes. Si algunas dan la impresión de ser intelectualmente inferiores se debe a las circunstancias históricas en que han vivido, como por ejemplo los negros africanos.

Pero la prueba de que no son inferiores por naturaleza la tenemos en lo que ha sucedido en Sudáfrica.

En la lucha contra el apartheid, que imponía por la fuerza de las armas una discriminación monstruosa, en la que los negros no tenían ningún derecho, Nelson Mandela –de raza negra, en una lucha heroica y después de estar veinte años preso– logró superar el apartheid y fue el primer presidente negro de Sudáfrica.

Hasta el día de hoy se han sucedido los presidentes negros que han gobernado como cualquier presidente blanco. Este hecho demuestra, de manera irrefutable, que la creencia sobre la inferioridad intelectual de la raza negra es un prejuicio derivado de la ignorancia.

El hecho de que en el Gabinete del presidente Ollanta Humala haya una mujer negra es un signo de que durante su mandato los prejuicios raciales irán desapareciendo, lo que significa el triunfo de la racionalidad sobre la ignorancia.