viernes, 5 de noviembre de 2010

FRANCISCO MIRÓ QUESADA: "LAS ELECCIONES DEL 2011: RESULTADOS IMPREVISIBLES"

FILOSOFEMAS

Las elecciones del 2011: resultados imprevisibles

Francisco Miró Quesada Cantuarias
El Comercio Online, 5 de noviembre de 2010

Aunque ya hay bastantes candidatos que se perfilan nítidamente, aún pueden surgir otros más. Cuando se trata de la Presidencia de la República, las ambiciones surgen hasta en los partidos más pequeños. Increíble, pero cierto. Alguna vez alguien dijo: Todo el que dispone de un mínimo de medios para poder hacer una campaña electoral tiene como su máxima aspiración ser presidente de la República. Pero esta afirmación me parece exagerada. No todos aspiran al sillón presidencial. Yo diría que son muy pocos quienes tienen dicha ambición, hoy puede decirse que existe una buena constelación en la que están agrupados quienes persiguen el más alto cargo del país.

Según las encuestas de opinión, encabeza la lista Luis Castañeda Lossio, seguido de cerca por Keiko Fujimori. Luego vienen Alejandro Toledo, seguido, con bastantes puntos de diferencia, por Ollanta Humala. Pero hasta el momento nadie ha dicho, con excepción de los dos primeros, que van a saltar al ruedo. Mas, para ser justos, hay que decir que, felizmente, hay personas que ambicionan ser presidente, pues el país no puede avanzar sin estar dirigido por el más alto mandatario de la nación.

Otro candidato que aspira a la presidencia de la República es Rafael Belaunde, jefe del partido que, con gran acierto, ha bautizado con el nombre de Adelante, que era el lema de su padre, el inolvidable presidente de Acción Popular, Fernando Belaunde Terry. Cuando le preguntaban si era derechista o izquierdista, respondía, no soy ni lo uno ni lo otro, yo sigo mi camino avanzando Adelante.

En cuanto a Acción Popular, no se sabe aún si participará solo o con alguna alianza.

Además de los candidatos citados, debe mencionarse a Mercedes Aráoz, independiente, que no figura en las filas del Apra, pero que ha colaborado con dicho partido y ha ejercido el cargo de ministra en varias carteras con gran éxito.

Además de las figuras individuales, no puedo dejar de referirme a las alianzas. Antes de las elecciones, casi siempre, algunos partidos forman alianzas. Hasta el momento se habla de una alianza entre el PPC y el Apra, cosa que me parece extraña, pues sus ideologías, aunque puedan tener alguna conexión, no intervienen en nada cuando se trata de la praxis. En la práctica, el Apra no tiene nada que ver con el partido de Lourdes.

Se dice, también, que Alejandro Toledo está buscando alianzas, tal vez con Fuerza Social, pero algunos radicales de este partido rechazan esta alianza, diciendo que Toledo es de derecha, lo que es falso. Tampoco se sabe si Fuerza Social aspira llegar a la presidencia. Si así fuera, Susana Villarán sería la única que podría aspirar a la máxima autoridad de la nación.

Hipotéticamente hablando, veamos qué sucedería en el caso de que triunfara alguno de los que encabezan la lista en la intención de voto. Si gana quien va en primer lugar, Luis Castañeda Lossio, creo que haría un gobierno muy bueno, a juzgar por su excelente gobierno metropolitano. Si gana Keiko Fujimori, no creo equivocarme si afirmo que su meta principal sería lograr el indulto de su padre. En el caso de Toledo, a juzgar por su desempeño durante su primera presidencia, haría también un buen gobierno, tal vez mejor, debido a su experiencia y madurez adquirida durante el presente quinquenio. Si ganara Mercedes Aráoz, aunque una cosa es dirigir un ministerio y otra muy diferente es ser la autoridad máxima de una nación, creo, también, que podría hacer un buen gobierno, debido a su capacidad y a su facilidad de adaptarse a situaciones nuevas, como mostró cuando pasaba de un ministerio a otro.

En fin, la política es casi siempre impredecible, de manera que todas las observaciones que he hecho en el presente artículo son puramente probabilísticas. En cuanto a Ollanta Humala, si ganase, no se sabe hasta dónde respetaría la libertad de expresión.

Solo me queda decir que, por el bien de la nación, sea quien sea el que triunfe en las próximas elecciones presidenciales tenga el mayor de los éxitos, siempre y cuando respete las libertades democráticas.

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