Algunos datos para juzgar, con estadísticas auténticas, nuestro mundo. La población total del planeta asciende a 6’800,000 y sigue creciendo. Las condiciones de vida de esa población es la siguiente:
-1,020 millones de personas son desnutridos crónicos (FAO, [El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo,] 2009) y 2,000 millones no tienen acceso a medicinas.
-884 millones no tienen acceso a agua potable (OMS/UNICEF[, Progresos en materia de agua y saneamiento,] 2008), 924 millones no tienen techo o habitan en viviendas precarias (UN-Hábitat[, The Challenge of Slums: Global Report on Human Settlements,] 2003), y 1,600 millones no tienen electricidad (UN-Hábitat). Incluso 2,500 millones carecen de sistemas de drenajes (OMS/UNICEF 2008).
-774 millones de adultos son analfabetos (UNESCO[, Educación para Todos en el 2015: ¿Alcanzaremos la meta?, 2008]), y 18 millones de muertes por año se deben a la pobreza: la mayoría de esas muertes son entre niños menores de 5 años (OMS).
-Y 218 millones de niños, entre 5 y 17 años, trabajan regularmente en condiciones de esclavitud y en tareas peligrosas como soldados, prostitutas o sirvientes, sea en la agricultura, la construcción o la industria textil (OIT, La eliminación del trabajo infantil: un objetivo a nuestro alcance, 2006).
“Entre 1988 y 2002, el 25% más pobre de la población mundial redujo su participación en el ingreso mundial desde un 1.16% al 0.92%, mientras que el 10% más rico acrecentó sus fortunas, pasando a disponer del 64.7% al 71.1% de la riqueza mundial. El enriquecimiento de unos pocos tiene como reverso el empobrecimiento de muchos. Solo ese 6.4% de aumento de la riqueza de los más ricos sería suficiente para duplicar los ingresos del 70% de la población mundial, salvando innumerables vidas y reduciendo las penurias de los más pobres.
Entiéndase bien: eso se lograría si se pudiera redistribuir el enriquecimiento adicional producido entre 1988 y 2002 del 10% más rico de la población mundial, dejando intactas sus exorbitantes fortunas. Pero ni siquiera algo tan elemental como esto es aceptable para las clases dominantes del capitalismo mundial”, explica uno de los informes.
Como se aprecia, el modelo económico imperante no es inclusivo. Es decir, deja a muchísimos seres humanos fuera de los beneficios elementales y no solo es injusto, sino que ahonda las injusticias. Que tenga buena propaganda y apólogos honestos o comprados no significa que nos espere un futuro mejor: nos acunan con esa promesa, y de tanto escucharla algunos, por necesidad de esperanzas, terminan por creerla.
Saber que solo en 14 años –de 1988 a 2002– los más pobres redujeron su participación en el ingreso mundial de un ínfimo 1.16% a un ridículo 0.92%, y que el 10% más rico elevara esa participación de un ya imponente 64.7% a un aplastante 71.1% nos lo dice todo, y nos anuncia lo que podemos esperar.
Si a ello le sumamos la catástrofe medioambiental que provoca la explotación irracional de los recursos naturales, podemos colegir que han elegido por nosotros un modelo que conduce a un abismo cuyos horrores hemos comenzado ya a percibir.
1 comentario:
SI DESDE LOS SUMERIOS Y EGIPCIOS SE ESCLAVIZABA POR QUE HABIA LA SIMPLE NECESIDAD DE PECADORES QUE TRABAJARAN CON EL SUDOR DE SU FRENTE Y LOS SACERDOTES HACIAN CREER A SUS REYES Y FARAONES QUE ERAN SERES DIVINOS AHORA DESPUES DE 5,000 AÑOS LAS LOGIAS LOS "ENCUMBRAN" CON GRADOS SUBLIMES Y LES HACEN CREER LA CERTEZA DEL VERSICULO 26 DEL GENESIS QUE LES DICEN QUE "SOJUZGEN Y SE SEÑOREEN" SOBRE TODOS LOS SERES Y BESTIAS QUE PUEBLAN LA TIERRA...... Y PARECE QUE ESTOS CREEN QUE ESTE VERSICLO SE REFIERE AL 25% DE DESPOSEIDOS POR ESTA HUMANIDAD CODICOSA Y EGOISTA COMO SOLO PUEDE SERLO SU DIOS CREADOR Y DISPENDADOR DE TODO.
YO CREO QUE EN 5,000 AÑOS LA COSA NO HA CAMBIADO MUCHO...
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