martes, 31 de agosto de 2010

GUILLERMO GIACOSA: "LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN"


La hipocresía de las grandes corporaciones de la información

La libertad de expresión

Guillermo Giacosa
Perú 21 Online, 31 de agosto de 2010

La información parcial es un arte que atenta contra la libertad de expresión. Ese arte, manejado a la perfección desde los centros del poder económico, suele ser el alimento cotidiano del ciudadano común. Constituye uno de esos venenos ocultos que no matan pero obnubilan la razón. Su objetivo es evitar el desarrollo de una conciencia crítica que eleve a los habitantes del país a la categoría de sujetos históricos y no intente reducirlos, como pareciera, a meros objetos al servicio de intereses que van contra los propios intereses del conjunto de la población. Las verdades a medias son más peligrosas que la propia mentira. Podría citar infinidad de casos que van desde las estadísticas sobre la pobreza hasta el vilipendio contra la honra de las personas. Algunos son groseros, toscos y elementales. Otros, más refinados y con mejor manejo de la lengua, alertan como peligroso para la democracia aquello que realmente la favorece. Cuando digo 'democracia’ me refiero a algo que supera la supuesta 'sabiduría’ del mercado y tiene que ver con una sociedad que ofrece igualdad de oportunidades a todos sus ciudadanos y asegura la libertad que sin esa igualdad de oportunidades es un simple saludo a la bandera. No me sorprende que se callen injusticias flagrantes, pero sí me sorprende que cuando se ataca una supuesta calamidad los argumentos que se esgriman sean tan pavorosamente pobres.

Vuelvo a un tema que me afecta pues es parte de una historia que he vivido en mi país de origen. Me vuelvo a referir al supuesto ataque del Ejecutivo argentino a la libertad de expresión. Resulta que es democrático que los dos diarios más poderosos de Argentina sean los socios mayoritarios que deciden la distribución del papel para la prensa. Y no es democrático que se discuta en el Congreso una ley que permita un acceso más igualitario a ese recurso. Además bastaría leer las ediciones de esos diarios durante la sangrienta dictadura de Videla para conocer el rol que ambos –Clarín y La Nación– jugaron para mantener esa monstruosidad.

Sabrán mis colegas en Perú que la dictadura aportó subsidios estatales a esos diarios, además de ventajas impositivas, beneficios en las tarifas de la energía y tasas de interés preferenciales.

Citaré al periodista Luis Brushtein, de Página/12, quien cree que “la regulación del mercado del papel para diarios es una medida con la que difícilmente se pueda estar en desacuerdo. Pero muchos buscarán perderse en vericuetos y ambigüedades, dirán que están de acuerdo pero que en este caso se trata de un ataque del Gobierno contra Clarín o correrán al Gobierno por izquierda y exigirán que se intervenga Papel Prensa, para que, en realidad, todo quede en la nada”. Y agrega: “el país está entrando en un año electoral y son muchos los que no quieren confrontarse justo ahora con el multimedia más grande”.

Todo se decidirá en el Congreso donde el Ejecutivo no tiene mayoría. Por tanto, hablar de atropellos a la libertad de expresión es, por lo menos, una exageración.

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