miércoles, 26 de noviembre de 2008

PRÓLOGO DEL LIBRO "FILOSOFÍA: UNA PERSPECTIVA CRÍTICA"


Dr. Octavio Obando Morán
Filósofo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos

En este breve prólogo voy a llamar la atención del lector sobre los aspectos siguientes: 1) este manual que se presenta al público como alternativa; 2) los manuales de filosofía escolar para la normalización de la filosofía en el Perú; 3) los manuales de filosofía de orientación soviética marxista; y 4) el problema de un manual que contemple concepción, posición y método materialistas. Y retornaré al primer punto con algunas observaciones.

[1.] El primer punto tiene que ver con este manual de filosofía que se presenta como alternativa. En términos generales, un problema trata de responder a una serie de aspectos: la estructura, función, sentido y finalidad del problema estudiado. La historia de la filosofía no es ajena a esto. Y hemos de unir inevitablemente el contexto espiritual en el cual se desenvuelve la investigación determinada. Así, tenemos que situarnos en el contexto en que este libro de filosofía se ubica.

[2.] Durante el gobierno de A. Toledo –y es lo segundo–, por obra y gracia del ministro de Educación y asesores especialistas en filosofía, se eliminó la filosofía de las escuelas públicas. Esta eliminación cortó el proceso de normalización de la filosofía concebida como cimiento histórico –en la perspectiva y programa de V. Li Carrillo y A. Salazar Bondy– conducente a la profundización y desenvolvimiento autónomos de la subjetividad filosófica en el país en el horizonte de la burguesía compradora y estatista.

Ciertamente la comunidad filosófica peruana de espíritu democrático reaccionó de inmediato y exigieron –y exigen– que se restituya lo que los intelectuales tradicionales eliminaron. Infelizmente, en los congresos de filosofía llevados a cabo después del golpe contra la filosofía en el Perú, congresos capitaneados por filósofos tradicionales que provienen del horizonte filosófico de la burguesía compradora, se sigue guardando silencio, silencio que los hace cómplices de esta aberración. Este solo hecho bastaría para encontrar en el presente libro de filosofía un gran mérito: apostar, contra viento y marea, para que la filosofía llegue a determinado público con el interés de preservar este ámbito espiritual.

El tercer y cuarto aspecto se refiere a que los autores de este libro quieren establecer sobre este punto de vista una especie de consolidación reflexiva, sintética y superadora de dos rasgos generales de la filosofía de las décadas del 70, 80 y 90 del siglo XX peruanos.

[3.] Primer rasgo, superar el anatopismo de la subjetividad que llevó a repetir los manuales soviéticos de filosofía sin percibir que, así como los filósofos tradicionales peruanos repetían el anatopismo de la subjetividad burguesa compradora, nuestros marxistas de la época hacían exactamente lo mismo pero con la subjetividad soviética. Ambos eran anatópicos. Ambos se negaban a desenvolver una subjetividad autónoma desde nuestra reflexión espiritual. Y donde la normalización filosófica escolar pública tenía y tiene papel histórico central.

Estimo necesario explicar un poco el denominado anatopismo de la subjetividad. El concepto de anatopismo fue utilizado por Víctor Andrés Belaunde, un interesante pensador conservador que utilizó el término para referirse, grosso modo, al carácter no enraizado de nuestra reflexión, es decir, que no contemplaba nuestro proceso espiritual y, dentro de él, procuraba enlazarse de modo creativo con el pensamiento occidental. Reprochaba, este autor, que nuestra reflexión filosófica fuese glosa, mera repetición del pensamiento filosófico internacional. Nosotros usamos el término anatopismo para referirnos a que tanto la filosofía de horizonte tradicional, es decir, burgués comprador, como la de influencia marxista soviética cayeron en lo mismo, en la mera repetición.

Al concepto de anatopismo hemos unido el de subjetividad, que tiene dos aspectos: 1) quiere decir básicamente que es necesario articular una reflexión que contemple al sujeto (no únicamente el individuo) en un conjunto de relaciones, contradicciones, aspectos y contenidos en una totalidad parcial, expresada en un sistema de juicios y proposiciones; el individuo expresa esa totalidad y a la vez es parte de ella; asumiendo que en ese proceso hay varios momentos y en cada momento diversos aspectos, así la autoconciencia es conciencia desplegada de sí misma y sobre sí misma, en un momento histórico determinado es, por lo tanto, también autoentendimiento; 2) el sujeto al expresar esas totalidades parciales de una época para establecer lo común, diferente, contradictorio, etc., como una unidad reflexiva y general que dé cuenta de esta subjetividad como reunión de los momentos del autoentendimiento, expresa específicamente la subjetividad en su temporalidad e historicidad. Entendemos de esta manera la profundización y desenvolvimiento autónomos de la subjetividad filosófica materialista en el país que aspira a superar el anatopismo de la subjetividad de la burguesía compradora y de la burguesía estatista.

[4.] El segundo rasgo radica en que la superación ha querido hacerse desde la concepción, posición y método materialistas. No vamos a negarles mérito a nuestros autores, pero tampoco queremos callar ciertos aspectos. Nuestros autores siguen tocando ciertas teclas del anatopismo soviético en el país. Es inevitable que lo nuevo cargue con lo viejo. Esto no impide notar la independencia espiritual con que se formula el problema de la concepción dialéctico-materialista al abordar la historia de la filosofía; así, colocan en el lugar que se debe a la ontología, es decir, la ontología es la matriz que direcciona todos los aspectos espirituales en la filosofía en general, como en este trabajo en particular. Su posición es nítida y correcta.

Respecto al método, esto es, la dialéctica, nuestros autores la colocan en el ámbito también ontológico. Proceden al reconocimiento ontológico en los diversos filósofos a través del desenvolvimiento del materialismo como concepción y en pugna con el Idealismo, Idealismo al que ciertamente tratan de entender, valorar y superar. Empero, no es difícil notar que nuestros autores aún no reconocen y manejan bien su propia técnica de exposición. Nuestros investigadores, al tratar de reconocer la dialéctica en la extrapolación a otros ámbitos en los cuales incursionan los filósofos repasados, se deslizan hacia una mera o simple exposición tomada de cualquier otro manual de filosofía. Lo cual hace que la toma de posición en este aspecto quede como forzada, no creativa y efectivamente superadora, es decir, se muestra una toma de posición abstracta.

Al abordar la filosofía en Latinoamérica y el Perú, nuestros autores muestran debilidad, es decir, caen otra vez en una perspectiva abstracta. En la historia de la filosofía en América Latina repiten el esquema de las generaciones filosóficas, esquema por completo ajeno a su intento de conseguir un abordamiento multilateralmente materialista. Y en la historia de la filosofía en el Perú los autores siguen estacionados en la perspectiva de la burguesía estatista consistente en que la historia de la filosofía es solamente historia de las ideas. No comprenden que es también cimiento, sedimentación y fundamento de una subjetividad filosófica materialista autónoma que nos coloca en la posibilidad espiritual de pensar la filosofía occidental desde el horizonte espiritual filosófico nuestro.

Volviendo al primer punto, diremos entonces que nuestros investigadores consiguen penetrar en el problema de la ontología, es decir, en la estructura de la filosofía, queriendo resaltar el lado de la concepción dialéctico-materialista. Y estimo que se tiene que profundizar en ello. Pero es necesario considerar también otros aspectos.

Estoy pensando en el problema general de la contradicción y sus variados aspectos, aplicado a la historia de la filosofía internacional y nacional; la superación del Idealismo dentro del mismo materialismo dialéctico y fuera de él, apuntando a asimilar y superar este Idealismo. La eliminación, además, del aspecto maniqueo religioso-confesional aún actuante al analizar las ideas de otros, la superación del pragmatismo, instrumentalismo, Positivismo, Naturalismo y Realismo cotidiano todavía vigentes en esta perspectiva, repensar el valor de la verdad de clase como válida en la esfera de la epistemología materialista, entre otros puntos. Y considerando asimismo la puesta al día de una serie de aspectos en filosofía marxista y no-marxista desenvueltos en el siglo XX.


Con esta obra, y pese a las limitaciones señaladas, los autores han colocado en un nuevo nivel la perspectiva de la historia de la filosofía occidental en el país, al concebir y plasmar su consolidación reflexiva, sintética y superadora. Han establecido, con ello, el precedente para una posterior y amplia superación creativa que conduzca a profundizar en la tarea de autonomizar en un horizonte dialéctico-materialista nuestra subjetividad también materialista en filosofía.

Lima, noviembre de 2008

J. OCTAVIO OBANDO MORÁN

* Se ha establecido una numeración entre corchetes, no presente en el texto original. La finalidad de la mismas es lograr una mejor idea de la estructura del prólogo. Las partes resaltadas en negritas también son nuestras - Nota de IF

1 comentario:

MAP dijo...

Muy bueno el comentario crítico y casi demoledor del prólogo del Dr. Obando. No hay problema en entender a lo que se refiere por la expresión "espiritual" humana en una comprensión materialista. Pero en un libro de divulgación eso puede confundir al lector si no se explica.
Sobre su queja de la influencia del "anatopismo soviético" en el manual, simplemente diremos, ¿qué más se podría esperar de nuestros, supongo, jóvenes autores, profesores todos, supongo, de una academia preuniversitaria (exitosa y no pequeña por cierto)? Claro eso demandaría que la academia, prepare mejor a sus cuadros. Eso requeriría cierta labor titánica pero posible para una con la capacidad de tal academia. Así sus profesores estarían "al día de una serie de aspectos en filosofía marxista y no-marxista desenvueltos en el siglo XX" (aunque basta ser un poco curioso y visitar por lo menos las páginas web de autores actuales como, por ejemplo, Gerald Cohen o Alan Woods, este último con información en castellano).
El tenor del prólogo nos hace notar un yerro común en nuestros autores (y editores) locales: es raro que pidan opiniones o comentarios antes de publicar sus obras (no estamos hablando de novelistas o cuenta-cuentos). No se acostumbra mucho eso en nuestro país. ¿Por qué? ¿Acaso diversos intelectuales peruanos están más allá de la crítica y la mejora? ¿O es simplemente una falta de imaginación o comunicación o, peor, una expresión de solipsismo intelectual? Cojan cualquier libro, resultado de alguna investigación académica seria (publicado no por mera propaganda o favor) y verán en el prólogo como el autor o los autores agradecen a sus colegas y pares por las críticas y comentarios.
Así se evita publicar obras con yerros corregibles.
Otra cosa es publicar por publicar, al paso o con apuro (se nota que el prólogo del Dr. Obando no fue sometido a una elemental corrección).
De todos modos, aunque no conozco ni siquiera el índice de la obra en cuestión pues estoy fuera del país, la publicación de un manual de filosofía es una muestra que en nuestro país hay quienes la valoran a pesar de las medidas gobiernistas y las traiciones de los colegas que la eliminaron de la educación escolar pública.
M. A. Paz y Miño