El presidente de Estados Unidos rechazó el pasado 21 de setiembre el pedido de siete ex directores de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para que se detuviesen las investigaciones judiciales sobre las torturas y vejaciones a que fueron sometidos varios prisioneros cuando los estaban interrogando. Según dichos ex directores, la investigación obstaculizará un trabajo eficiente de la CIA.
Entre los firmantes de la carta se encuentran Michael Hayden y George Tenet, quienes estuvieron en funciones durante el gobierno de Bush, lo que no debería extrañar a nadie. Todos recordamos muy bien las barbaridades que se cometieron durante ese gobierno, no solo porque permitió que los prisioneros fueran torturados sino porque sin ninguna razón convincente decidió invadir Iraq, lo que costó al país miles y miles de millones de dólares, y un fuerte costo de vidas de soldados estadounidenses, así como una cantidad inmensa de muertes de iraquíes inocentes, por los atentados cometidos diariamente por fanáticos chiitas.
A pesar de esa advertencia de los agentes de la CIA, que habría asustado a más de un gobernante, Obama se mantuvo firme. “Sigo creyendo que nadie se encuentra por encima de la ley”, afirmó el presidente estadounidense. Para haber asumido una actitud como la de Obama se requiere una firmeza asentada en convicciones muy profundas. Lo que muestra que es un hombre íntegro.
En los actuales momentos lo que más interesa al mandatario es establecer un seguro de salud universal para todos los estadounidenses. Ratificó que el mencionado seguro no significará un aumento de impuestos para la clase media y afirmó que la ley tendrá que ser aprobada por el Congreso a pesar de que está dominado por los miembros del Partido Republicano.
Los republicanos se oponen al proyecto de seguro médico universal para todo el pueblo. Pretenden que cada ciudadano compre un seguro de salud, lo que es imposible para los hombres y mujeres de escasos recursos. Se trata de una actitud que no habla a su favor y que los presenta como personas duras que tienen solo interés en que las grandes empresas, muchas de las cuales están controladas por ellos, tengan el máximo de utilidades. Es difícil comprender por qué en intervalos que no son largos, conquistan el poder. La explicación más aceptable es que la permanencia del gobierno demócrata durante dos períodos de cuatro años puede desgastar su acción. Lo que habían empezado bien se va deteriorando poco a poco y esto produce un fuerte descontento entre los ciudadanos, que es aprovechado por los republicanos que, poseedores de grandes fondos, logran hacer una propaganda de alto nivel que convence a la mayoría de los votantes.
¿Cómo está la popularidad de Obama en los actuales momentos? Como era de esperar, ha bajado un poco, lo que no debe asombrarnos pues en una crisis económica tan grave como la que está sufriendo el pueblo estadounidense tiene que haber muchos descontentos. Pero ya hay signos de que la economía se está recuperando. Y cuando se recupere, la popularidad del presidente será nuevamente muy grande. La integridad ejemplar de Obama habrá superado todos los obstáculos.
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