lunes, 21 de setiembre de 2009

GUILLERMO GIACOSA: "TIENEN RAZÓN HASTA CUANDO SE EQUIVOCAN"


Tienen razón hasta cuando se equivocan

Guillermo Giacosa
Perú 21 Online, 21 de septiembre de 2009

Álvaro Vargas Llosa pasó por la Argentina y se reunió con toda la gente a la que yo tendría dificultad hasta de mirarle a la cara, pues muchos de ellos han sido cómplices directos o indirectos de la última y espantosa dictadura militar, como Mariano Grondona si a alguien le hace falta un ejemplo.

Álvaro, a quien su apellido parece otorgarle patente de corso con disparates incluidos, dijo en Buenos Aires que “la crisis de EE.UU. no estuvo motivada en un problema del capitalismo, sino que tenemos que demostrar que es necesario un aumento de políticas liberales” (sic). La frase, extraída de la prensa argentina, está entrecomillada y, por tanto, debo suponer que se trata de una cita literal del campeoncito de las libertades económicas. La tajante afirmación de que lo ocurrido en el campo económico no se trata de un problema del capitalismo es tan fantástica, insustancial e irresponsable, como su afirmación anterior sobre la irrelevancia de los golpes de Estado –en referencia a Honduras–, y la detección y descubrimiento de que el verdadero problema es el de presidentes que aspiran a ser reelegidos. Tema que seguramente olvidó mencionar en Colombia, donde su tocayo Uribe también pretende ir por la 're-re-re’, etc. AVLL no explica nada sobre el origen de la crisis, y mágicamente agrega que es necesario aumentar las políticas liberales. Más o menos como superar el alcoholismo tomando más whisky. Da la impresión de ser un iluminado que se ha otorgado a sí mismo el papel de motivador de las huestes liberales para evitar deserciones. Si con escasa regulación se logró este caos, qué no se logrará desapareciendo toda regulación y cuál podría ser la consecuencia lógica de su invitación a “aumentar las políticas liberales”.

Podemos discutir y ponernos de acuerdo sobre muchos temas, pero quitarle responsabilidad a las políticas económicas de los últimos lustros sobre la debacle que aun padecemos, es, por lo menos, absurdo. Si la crisis no fue provocada por las falencias del sistema, ¿qué la provocó entonces? ¿Una conjunción astral negativa? ¿Una conspiración de la izquierda? ¿Una intervención del populista Alá? ¿El eje del mal? Uno puede aceptar, aunque no las comparta, ideas y explicaciones que respetan una cierta lógica y una cierta coherencia, pero esta irrupción fundamentalista en el campo de las interpretaciones mágicas no solo es torpe, sino que debilita las sustentaciones serias que eventualmente puedan hacerse. Como no hay terroristas, comunistas, islámicos o populistas a quienes echarle la culpa, la causa del mal desaparece y se insta a reemplazar una saludable postura crítica por un avance irracional hacia delante. Parece más una actitud religiosa –mágico-irracional–, que la asunción de una conducta políticamente responsable donde el crecimiento cualitativo se da a partir de superar los errores cometidos.

Cuando alguien cuyas ideas comparto incursiona en el campo de lo irracional, siento mucha vergüenza. ¿Le pasará lo mismo a mis amigos liberales cuando lean a AVLL?

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