A la larga, lo más grave de la crisis será la ligereza para juzgarla o los artificios para ocultarla. Hay opiniones que constituyen un insulto a la inteligencia pues se expresan como si no se hubiese producido una catástrofe o como si ese hecho nada tuviera que ver con los modos con los que venía operando el sistema económico. Esa negación, que es una expresión de inmadurez emocional y política, puede acarrear dramáticas consecuencias pues invita a que los sucesos que nos llevaron al estado actual se vuelvan a producir. Pareciera que, cuando el bolsillo es el afectado, la racionalidad termina en una vía muerta. En lo personal, quisiera estar equivocado cuando mis opiniones anuncian que el porvenir no será todo lo bueno que uno quisiera. No obstante siento que es obligación de todos los que tenemos el privilegio de publicar nuestros puntos de vista en un medio, la de ser fieles a la objetividad y devotos del pensamiento crítico. Las racionalizaciones destinadas a calmar los ánimos quedan a cargo de los políticos. Los periodistas a lo suyo, que es plantear lo más descarnadamente posible los datos que la realidad nos entrega y recopilar, si es posible, las opiniones más autorizadas y, sobre todo, ajenas a intereses partidarios o económicos, relativas a esa realidad.
Por ese motivo, me ha entusiasmado una reflexión que acaba de publicar la BBC y que puede ser útil como lectura de estos días de Fiestas Patrias. La he resumido sin alterar, al menos conscientemente, nada que refleje el espíritu de este escrito.
Bajo el título 'Cinco consecuencias filosóficas de la crisis', la BBC expresa:
1) Filosofía política y económica: La ley de la oferta y la demanda ejerció un reinado absoluto en la formulación de la política económica de las últimas tres décadas.
Según el pensamiento clásico, la oferta y la demanda funcionan como un perfecto sistema homeostático (autorregulado) que tiende al equilibrio perfecto y cuenta con un regulador infalible: el precio.
A mucha demanda y poca oferta de un producto, el precio sube hasta alcanzar la suma que el mercado puede pagar por ese bien.
(continúa mañana)
Por ese motivo, me ha entusiasmado una reflexión que acaba de publicar la BBC y que puede ser útil como lectura de estos días de Fiestas Patrias. La he resumido sin alterar, al menos conscientemente, nada que refleje el espíritu de este escrito.
Bajo el título 'Cinco consecuencias filosóficas de la crisis', la BBC expresa:
La actual crisis económica no se limita a una cuestión de estadísticas, ni se reduce al devastador impacto social del desempleo y la incertidumbre. Con la debacle mundial, hizo agua una particular visión del mundo que pareció dominante e irreversible con la caída del Muro de Berlín. Esta visión se cristalizó en algunas frases famosas como 'el fin de la historia’, de Fukuyama; 'la sociedad no existe’, de la primera ministra británica Thatcher, o los 10 mandamientos del consenso de Washington que impulsaban la liberalización-desregulación-privatización global.El nuevo dogma tras la derrota del comunismo era: todo el poder al sector privado, el mercado como medida de racionalidad económica y utopía, y el individualismo más descarnado como principio ético ordenador. Con la debacle económica, esta visión del mundo también entró en crisis y BBC identificó cinco consecuencias filosóficas:
1) Filosofía política y económica: La ley de la oferta y la demanda ejerció un reinado absoluto en la formulación de la política económica de las últimas tres décadas.
Según el pensamiento clásico, la oferta y la demanda funcionan como un perfecto sistema homeostático (autorregulado) que tiende al equilibrio perfecto y cuenta con un regulador infalible: el precio.
A mucha demanda y poca oferta de un producto, el precio sube hasta alcanzar la suma que el mercado puede pagar por ese bien.
(continúa mañana)
1 comentario:
Resulta curioso que la BBC en el pasado ha merecido calificativos como "estupida" de su parte, aparte de ser un medio de comunicacion "falto de dignidad y honestidad intelectual" y esta aqui usted dedicandole toda una columna a un trabajo producido por la BBC. Deja usted muy claro quien es aqui el intelectualmente deshonesto.
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